Jesús ha dedicado su vida en medio de los hombres, «en este mundo», a servir, a anunciar el amor de Dios, a tratar de una forma nueva, diferente, que más que buscar un bien material de todos, ha buscado la comunión con Dios.

Por eso, el servicio, el amor y el reino, son conceptos que aparecen íntimamente unidos a la verdad de su reinado. La verdad es Dios mismo y lo que une con Él

Su reinado pertenece a un reino verdadero porque no pasa, y el hombre encuentra ese reino y se queda en él si se comporta con amor, al servicio y para el bien de los hermanos. La liturgia de la Palabra se empeña en animarnos a optar por Jesús y su reino,

Cristo fue y es Rey por ser testigo de la verdad y del amor sin límites. Cristo nos sirve, nos prepara para que sirvamos al mundo, y lo hagamos parte de su reino como lo hizo Él.

Cristo sigue ejerciendo un reinado verdadero, porque sigue dando al hombre la gracia que necesita en la vida, la gracia que lo ha hecho ser de otro reino, no de este mundo, si aceptamos a Cristo en nuestros corazones, no deberíamos dejarnos llevar por una actitud comodona, egoísta o ambiciosa sino al contrario aprender de Cristo, que es «manso y humilde de corazón».

Es preciso el cambio y la conversión. Vivir en cristiano es descubrir las exigencias y maravillas del reino de Dios con entrega total y confiada.

Fuente: Religiosas Franciscanas de Nuestra Señora del Buen Consejo

Por: Sor Juana Jorge García. FBC

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